ETAPA 8. DE ALMADÉN DE LA PLATA A CAZALLA DE LA SIERRA.
viernes, 18 de septiembre de 2015
ETAPA
APADRINADA POR YOLANDA Y SOFÍA.
La niña
de mis ojos, aunque a veces ha parecido que estoy un poco miope, ¿no?
Es sólo que me sale la vena de padre por encima de la vena de
hermano, pero estoy seguro de que me disculpas, porque nos queremos
requetemucho. Nuevos caminos se abrirán siempre ante vosotras, y yo
estaré siempre atento, enviando energía positiva a raudales.
Gracias Sofía y Yolanda.
Contador
de Kilómetros: 186,6
Hoy a
las cinco llevaba ya un rato desvelado, así que no he aguantado mucho
más en la cama. Me he levantado para comenzar a prepararlo todo y
Luis, mi anfitrión, se ha levantado conmigo para que desayunemos
juntos, lo que me ha infundido una inyección extra de fuerzas. A las
6:20 estaba empezando el track. Aún oscuro, he comenzado a caminar
por el primer tramo de esta etapa, que al ser "la etapa",
tiene los tramos a lo grande. En concreto he caminado más de 18 Km
por el Cordel del Pedroso, o en esta parte también llamado el carril
de la dehesa del Viar. No he tenido ningún problema en caminar más
de una hora con el frontal, pues se trata de un carril en muy buen
estado. Largo, pero en buen estado. Me he perdido la visión primera
de este entorno, que supongo que se trata de una zona adehesada bien
abierta por la presencia de ganado. A cambio he visto dos pedazo de
estrellas fugaces, y algunos ojos brillantes en la oscuridad de los
cercados, que el romanticismo me inclina a pensar que se trataba de
animales salvajes y la razón le rectifica: seguro que era ganado. El
sol me ha saludado llegando al arroyo de Gargantafría. A partir de
ese momento, el paisaje, con cada vez menos altitud, se torna
abierto, tendente a los pastizales, con cada vez más predominio de
los acebuches frente a las encinas. Es aquí donde por primera vez he
visto perdices correteando desde que comencé mi aventura, por ser
esta una zona más propicia a su desarrollo. Y entre pastos, vacas y
algún imponente cortijo solitario acaba apareciendo al fondo, por la
izquierda, el valle del Viar, que se desparrama delante de mi en el
embalse de Melonares que ya podemos comenzar a apreciar en algún
alto del camino. Ya en un giro del camino a la izquierda, he
comenzado a oir (y eran cerca de las 10 de la mañana) una potente
berrea que se intensificaba conforme me acercaba al contrapantano de
Melonares. Y a un lado y otro del carril, cada vez más ciervas, que
huían de mi nada más oirme. Creo que nunca he visto una
concentración tan grande de ciervos. Al llegar al puente en el
pantano, me he sentado a comer y durante unos minutos he disfrutado
de la berrea de mi vida.
El sol me guiña un ojo en mi descenso.
El embalse de Melonares. Ya casi llego.
Vista del embalse desde el puente. Lástima que no se oiga la super berrea.
Hasta
ahora todo había sido bajada. Comenzaba la subida, y quedaban aún
más de 25 Km. Y la subida comienza a lo grande. Los montes de Upa,
delante de mi, parecían querer retarme. Un precioso pinar de
repoblación, que va dejando, a cada giro del camino, vistas cada vez
más amplias sobre el valle del Viar, ya sea dirección al embalse o
dirección a la parte más alta de la cabecera. Y Sierra Morena
omnipresente en cada vista. Una pena que a partir de este momento
haya pasado a molestarme de más el talón de aquiles del pie
derecho, lo que ha fastidiado un poco mi camino de aquí hasta el
final. Una vez superados los tramos de más pendiente, el camino
continúa llaneando o subiendo ligeramente y pasando de los pinos, a
la dehesa mixta de pinos y encinas para terminar en la dehesa abierta
puramente ganadera. Acaba desembocando, mucho rato después, eso sí,
ya que los tramos en esta etapa llegan a eternizarse en algunos
momentos, en la antigua carretera cortada de Almadén.
Los montes de Upa. Por allí subiré.
El Viar desde el tramo ascendente.
Parada en la carretera, para tomar fuerzas y anestesiarme el talón de Aquiles.
La
carretera cortada fue un conato de unión entre Almadén y Cazalla
que nunca se terminó. Sigue asfaltada, pero en mal estado en muchos
momentos, y avanza (otra vez durante mucha distancia), por una firme
dehesa de encinas con algunos alcornoques y con muchas explotaciones
ganaderas en su entorno. Siendo un paisaje bonito, llega a hacerse
algo pesado la continuidad en las formas. Eso y el dolor del pie han
hecho que cierta paranoya me invadiera y me he pasado casi todo el
trayecto cantando al ritmo de mis pasos: "Hola Don Pepito. Hola
Don José. ¿Pasó usted por mi casa?. Por su casa yo pasé..." Y
así una y otra vez. Vergüencita. Pero todo llega, y por fin ha
llegado un giro en el camino, lo que me ha hecho tomar por unos
metros el cordel Cazalla-Cantillana, hasta el Arroyo Tamujar, donde
se toma un sendero que asciende por el cauce. Y hasta aquí puedo
leer. A mitad del ascenso, todo ha comenzado a ser un desastre. El
sendero, que en todo momento está deficientemente señalizado pero
que indica que hay que tomar como referencia una linde con la finca
de al lado, se ve de pronto directamente cortado por una malla con
pinchos y un montón de leña acumulada. ¿Cómo se puede permitir
esto? Sabiendo que hay que ir a buscar la carretera cortada de
Almadén, que está algo más arriba, el sendero salva este obstáculo
cruzando el arroyo por su margen izquierdo y campeando entre monte.
Eso sí, para llegar a la carretera me ha quedado un fabuloso salto a
una alambrada, con mis 9 kilos de peso a la espalda. Una perla,
vamos. Pues cuando ya me las prometía feliz, vuelta otra vez a lo
mismo: tras superar unas viñas, en un camino paralelo a la carretera
que sale por la izquierda y que debería conducirme a la carretera
del Pedroso, chascazo. La primera cancela por la que hay que pasar,
cerrada con candado. Voy a levantar un poco la voz: ¿CÓMO SE PUEDE
PERMITIR ESTO? Quedándome algo más de 5 Km, he visto mi
localización, y he decidido terminar mi última parte del trayecto
por la vía segura de la carretera, que en general ha presentado poco
tráfico. Es una pena que en un entorno tan cercano a un núcleo
urbano como Cazalla, no se haga nada para mantener un GR en
condiciones mínimas de paso. Así que hoy suspendo a este tramo.
Cuando llevas 40 Km en lo alto, no puede uno andar saltando afiladas
alambradas y volviendo sus pasos atrás porque le han cortado el
paso. Si GDR o ADIT no arreglan esto, ¿cuánta gente se va a animar
a hacer este camino y mantenerlo vivo, que para eso nos gastamos el
dinero? PÓNGANSE LAS PILAS, SEÑORES.
Instantánea de la cuasi-infinita carretera cortada de Almadén.
Tras el salto de la alambrada, todavía me han quedado ganas de hacer una foto a esta preciosa viña. Pero ha sido la última: con el candado se me han quitado las ganas.
Y por
fin llegué a Cazalla, y allí mi anfitriona, Haydee, la elegancia
caribeña hecha mujer, me recibió y me llevó a la que iba a ser mi
casa por más de dos días. Justo el tiempo para descansar un rato, y
pronto aparecieron Pablo y Chica para acompañarme en mi desconexión
de fin de semana. ¡Qué alegría!
Por la
tarde salimos a dar un paseo por el pueblo, para entablar un primer
contacto. Yo no me pude resistir a preguntar a un par de abuelos
sentados en un banco, si conocían a algún cazallero que me pudiera
dar indicaciones intimistas de la localidad. Dudaron un poco, pero
pronto me indicaron que, unos metros más atrás, había dejado
sentado en un bar al alcalde con varios concejales; que le preguntara
a él.
Los
trámites que yo había realizado de forma previa con este
ayuntamiento, habían sido con los concejales de deportes y de
cultura, Andrés y Paco, pero no con el alcalde. Además se trata de
la estancia menos común de todas, pues voy a estar dos noches
alojado de forma privada con mis acompañantes, para quedarme la
última noche, la del domingo, ya sólo y plenamente integrado de
nuevo en unGR48muyparticular.
Así que
me acerqué a esa mesa, y antes de diez minutos ya Sotero, el
alcalde, estaba convencido que nadie mejor que él para contarme
Cazalla "a lo cazallero". El sábado quedamos juntos para
ir a la Cartuja de Cazalla, y tanto allí como en el trayecto se
forjó esta narración.
El
nombre de Cazalla, proviene del árabe, y significa "La
Fortaleza". Aunque en el término municipal se han llegado a
encontrar en los alrededores de la cueva de Santiago vestigios de la
época calcolítica, en el núcleo urbano se entiende que los restos
hallados más antiguos son de la época de la dominación árabe.
Cazalla se encuentra en un ramal de la ruta de la plata, que ha
presentado muchas veces una mayor seguridad en el tránsito, lo que
ha facilitado, junto a la riqueza mineral de los alrededores, el
poblamiento de la zona desde anitguo, y también la presencia
habitual de reyes en algunos momentos de la historia de la población.
Del
castillo queda más bien poco, pues la construcción de la Iglesia
Parroquial de Nuestra Señora de la Consolación usurpó su espacio.
Seguramente el hecho de que la reconquista fuera negociada y no
bélica en esta ciudad, y que la línea posterior de problemas, la
frontera portuguesa, se encontrara ya lejos, favoreció la pronta
absorción del castillo por parte del núcleo urbano. Actualmente
sólo he podido ver una falda de muralla en la parte trasera de la
iglesia, y el actual patio de la misma, que mantiene algún resto
también.
Detalle de la falda de una de las murallas.
Más ruinas del castillo, en el patio interior de la iglesia.
Esa
misma negociación de la que hablaba, parece ser que favoreció la
convivencia durante bastantes años de árabes judíos y cristianos.
Es el primer pueblo de la sierra donde encuentro testimonios de una
importante población judía. De hecho todavía hoy existen tres
barrios que delatan esta convivencia entre las tres culturas: El
Moro, El Judío y El Carmen. Pero a base de leyes excluyentes, fue
minimizándose la influencia de moros y judíos hasta su total
desaparición unas decenas de años después. Pero la huella quedo:
la Ribera del Huéznar, muy cercana, tiene la particularidad de
significar "agua" en cuatro idiomas diferentes: -rib-,
-era-, -hue- -nar-, son raíces que significan agua en almohade,
almorávide, judío y cristiano.
La
Iglesia, sorprende siempre por su excepcional altura. Se comenzó a
construir en el siglo XIV, y nunca se terminó según sus grandísimas
dimensiones inicialmente previstas, pero aún así es imponente;
sobre todo por la altura. El interior, es igual de espectacular que
el exterior, y he podido comprobar como atrae a todo Cazalla sin
excepciones.
Esta y la siguiente, muestran la verticalidad de la parroquia.
Vista de la monumental parroquia.
Detalle de las columnas, desmostrando otra vez esta verticalidad.
Retablo, en el altar mayor.
He alucinado con el techo abovedado interior.
Luego
existen una retahila de iglesias, conventos y ermitas, que en
desamortización de Mendizábal aparcaron a la fuerza su original
función para pasar a ser... ¡fábricas de licor!
Y es que
Cazalla es su cazalla, su original licor, cuyo nombre se extiende por
toda la península incluso por América. La zona era originariamente
un núcleo de fabricación de vino (actividad que, por cierto, vuelve
a tomar vuelo otra vez). La idea romanticona cuenta que con los
restos del vino, se pasó a fabricar licor y que la fama le sobrevino
sola. La realidad parece ir por otro camino: la competencia emergente
del Aljarafe como fabricante de vinos, con menos costes añadidos por
encontrarse más cerca del puerto de Sevilla, trajo una potente
crisis a la fabricación de tinto que se redireccionó hacia la
fabricación de licor. Actualmente sólo quedan dos fábricas de
Licor de Cazalla, pero en su día, la Iglesia de San Benito, los
conventos de San Agustín, san Francisco, Madre de Dios... todos
fueron convertidos en bodegas. Una curiosa historia.
Iglesia de San Benito, con su curiosa torre circular.
Espadaña de San Agustín, espacio que hoy comparten la fábrica de anisados de la imagen y el Ayuntamiento.
Esta y la siguiente, convento de San Francisco. Actualmente compartido por un edificio municipal y la fábrica Miura.
El
núcleo urbano de los pueblos pequeños, suele mantenerse mejor que
el de los grandes. Pero siempre hay excepciones, como es el caso de
Cazalla. Desde las partes más nobles del casco urbano, hasta las más
humildes, mantienen una esencia común, y tienen un encanto que me ha
sorprendido. Las casas y las calles limpias, con la importancia de la
imagen exterior muy presente. Columnas, emblemas, escudos. Estupendas
plazas. E historias más recientes, como la del Cinema Cazalla
(Cinemá con acento en la á, así, afrancesado), que tuvo una
importancia enorme en la zona, y donde se estrenó "Lo que el
viento se llevó" antes incluso que en la propia Sevilla.
Cinemá Cazalla
Escudo de Guzmán el Bueno. Los muchachos del emblema dan nombre a la "Calle de los nenes". Las siguientes, detalles del caserío y entramado del pueblo.
Y luego,
a unos kilómetros del pueblo en dirección a Constantina, la Cartuja
de Cazalla. Alucinante conglomerado de construcciones de varias
épocas que deja boquiabierto. Sobre un original asentamiento
almorávide, pasó tras la reconquista a ser pabellón de caza de
Pedro I el cruel, que venía a cazar osos (¡miedo!). Posteriores
ocupaciones por diferentes órdenes religiosas fueron ampliando más
y más su perímetro y dotándolo de espectaculares construcciones
que, pese al manifiesto deterioro, siguen en su mayoría en pie. Fue
lugar de paso igualmente de varios reyes y reinas que, al realizar
juntas reales en alguna ocasión, convirtieron a Cazalla en la
capital del reino más de una vez. Alucinante, ¿verdad?
Pili y
Paco, los padrinos de la próxima etapa, nos han acompañado este
sábado por Cazalla. Hemos tomado un vino debajo de un nogal en la
cartuja y nos hemos asomado al patrimonio culinario del pueblo, lo
que nos ha dejado con muchas más ganas de volver. Gracias Haydee.
Gracias Andrés y gracias Paco. Y gracias Sote. Con vuestra
inestimable ayuda, Cazalla ha sido, si cabe, más bonito todavía.
¡Hasta Otra Haydee y Juan Manuel!
1 comentarios:
Maravilla de pueblo y de cr´´onica y sorpresa por los acompañantes de la etapa. Besotes
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