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ETAPA 12. DE HORNACHUELOS A ALMODÓVAR DEL RÍO.

jueves, 24 de septiembre de 2015

ETAPA APADRINADA POR LA FAMILIA NIETO ORLANDI.

Mis héroes. Las mátemáticas explotan ante vosotros: ¿Cómo se puede dar más de lo que se tiene? Pues sí, se puede. No sabéis el cambio que se ha producido en mi interior desde que tengo la suerte de contaros entre mis amigos. Sólo os avanzo que, gracias a vosotros, soy mejor persona. Os quiero cerquita. Gracias Antonio y Genda y Yuma y Aitor y Ballo y Patty. 



Contador de Kilómetros: 294,6


Esta noche he vuelto a la senda del descanso y he dormido más de seis horas. Así que justo al salir el sol abandonaba definitivamente Hornachuelos, no sin antes echarle una foto al pantano, con el embarcadero de Paco. La etapa de hoy, eminentemente llana, ha circulado por la linde poco definida entre la sierra y la vega, para terminar en el castillo más pintoresco de todo lo que llevo de GR, el de Almodóvar del Río.
 ¡Adiós embarcadero!


Pasada la presa de derivación del Bembézar se continua por la carretera durante un rato para acabar tomando el camino de la atalaya de nublos. De aquí hasta más allá de Posadas, he circulado dejando a la derecha impresionantes vistas sobre la vega y todo su entorno, y a la izquierda los primeros contrafuertes de Sierra Morena. Por un monte mediterráneo algo abierto, el camino serpentea pasando por afloramientos calizos que tapizan el suelo, que adquiere una textura como si fuera hormigonado.Me ha sorprendido el grandísimo tomillar que se extiende por toda esta parte, que además está radiante debido a las últimas lluvias.

El sol me ha saludado hoy entre naranjos.

 Una constante de este tramo: monte a la izquierda, vega a la derecha.

Dejando cortijos a los dos lados, y siempre con esta tónica de andar justo por una linde, se acaba incorporando por la derecha la Cañada Real Soriana oriental, una auténtica autopista del ganado de 800 km de largo. Yo de todos modos no me he cruzado con ningún rebaño, pues todo esto hace años que está en franco retroceso. En este tramo me dijeron ayer que era posible que viera algún fósil. Y me he llevado todo el rato pensando: "a mi, dame setas, porque los que són fósiles..." pero ¡no! Al final he visto uno. Espero que os guste.
 Ya soy fosilero.

La vega también puede ser exquisita.

El tramo de acercamiento y alejamiento a Posadas se muestra muy humanizado y sin demasiado que ofrecer. Luego se vuelve a tomar un pequeño tramo de la cañada, donde he podido ver algunos ejemplares de acebuche gingantescos. Preciosos. Sin dejar de divisar a lo lejos y en todo momento el castillo de Almodóvar, he llegado a otro monumento: la torre de la Cabrilla. De finales del siglo XIII, se ha ido manteniendo en el tiempo debido a su privilegiada posición de control del camino de Córdoba a Sevilla. Aunque desde el camino se aprecia muy en lo alto, impresiona que siendo tan antigua siga ahí mandando. En adelante el camino se hace muy monótono, pegado al tren, sin sombra y con la única distracción de andar viendo como se acerca cada vez más el castillo y de ir asustando a los conejos que asomaban al camino. He tenido también un reencuentro con mis orígenes este rato, y he ido tarareando la canción que se canta en las fiestas de Mataró cuando sacamos a los gigantes. Esta tonada, en un momento determinado cuenta hasta 15, y es ahí cuando levantaba la cabeza para comprobar cuánto más cerca se encontraba mi objetivo. Consejo: no lo hagáis nunca (risas). Tras cruzar el Guadiato por la Cañada Real, el sendero se pone paralelo a la carretera hasta llegar por fin a Almodóvar del Río.

Acebuche majestuoso.

 Torre de la cabrilla.

 Mi meta, siempre visible en el horizonte.

 
Me he alojado mejor imposible en una sala del pabellón de deportes municipal, donde Israel, excelente anfitrión, tenía todo pensado para que mi estancia fuera perfecta.
 Además, me ha demostrado con creces que es un cuco (gentilicio popular de los de aqui) enamorado de su tierra y con mucho por enseñar.

Almodóvar se debe a su castillo. Y por segunda vez en este GR48, me vuelvo a encontrar con un punto que se convierte en el centro del universo y que aglomera testigos de poblamiento desde la época neolítica sin interrupción, en tan sólo unas pocas de decenas de metros cuadrados. Y cuando estás aquí, lo entiendes. La atalaya natural es tan formidable que viendo los alrededores queda claro dónde decidirían vivir los humanos de esta zona en todas las épocas precedentes. El registro se remonta al neolítico, pero las huellas de trazado urbano, comienzan con los romanos, que llamándola Cárbula consiguieron afianzar a la localidad como lugar permeable a la sierra y a la vega. Luego, cuando os hable del puerto, os cuento más cosas. En la entrada al castillo, se aprecian perfectamente las bases de la construcción con sus pautas romanas. Con una laguna importante en cuanto a conocimientos en el periodo tardorromano, en la época califal pasó a llamrse Al Mudavar, "El redondo", por lo circular del cerro. La reconquista fue negociada aquí, y la estructura no sufrió grandes daños, lo que animó a los conquistadores a ampliarlo hasta las dimensiones actuales de la fortaleza. Pasado el peligro de confrontación se utilizó más como prisión que como fortaleza. En 1629 se vendió al marquesado de la Motilla. Por último, el conde de Torralba, a principios del siglo XX procedió a su restauración, que en general se puede decir que no fue una gran trastada y consiguió que tanto en el conjunto como en el detalle se fuera bastante fiel a la construcción original. He podido acceder a una parte del castillo donde se exponen piezas encontradas aquí y que son un auténtico museo etnográfico. La sensación es sencillamente de andar pisando un suelo mágico.

 El castillo desde un olivar.

Foto del castillo antes de su restauración. La siguiente: el conde de Torralba en plena restauración.


Esta y las tres siguientes, espectaculares vistas desde el castillo.




Mazmorras. Las siguientes, patio de armas, skyline con sierra morena al fondo y torre del homenaje.



Esta y las siguientes, ejemplos de lo encontrado aquí.


 

Otro legado romano es el antiguo puerto, que pese a los meandros del río, no ha cambiado de lugar al encontrarse pegado al afloramiento rocoso, que facilita que el cauce, con los siglos, no se mueva de ahí. En estas cercanías floreció en esa época una industria de creación de ánforas. Sólo en este término municipal hay documentados 42 sellos diferentes de fabricantes de ánforas, para el comercio de productos de la vega, como el aceite de oliva, y de la sierra, como diferentes minerales. Otra vez tenemos la amalgama serrana y de vega juntas en un punto. Tan importante fue el enclave, que se le permitió a Cárbula acuñar moneda. Casi nada.
 Esta y la siguiente, perspectivas del puerto. La última presenta una Cárbula, arriba en el centro.



Ya con la reconquista, el pueblo se expandió faldas abajo en la dirección actual. Resulta curioso que la ermita del Rosario parece ser de construcción previa a la Iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción, ya que se ha descubierto su advocación original a San Sebastián, y Fernando III en el avance de su conquista, lo primero que hacía en los pueblos era ordenar la construcción de un templo a este santo. Y es curioso porque en esa época, el paraje donde está debería estar muy pero que muy lejos del núcleo de población. En cuanto a la parroquia, cabe decir que seguramente ocupaba el lugar previo de la mezquita. Las puertas son peculiares por ser barrocas, pero muy clásicas. A principios de los noventa, una vela mal apagada prendió por la noche y devoró casi la totalidad del interior de la iglesia. Un palo para el pueblo.
 Ermita.

 Una de las puertas de la iglesia.

El pueblo fue muy poco tiempo de realengo, pasando a se señorial muy pronto, lo que en general trajo una muy limitada capacidad de desarrollo de burguesía local. Así las cosas, la arquitectura civil es más que discreta, aunque presenta bellos rincones como algunas fuentes y en general la trama de la morería. Resulta curiosa la existencia desde principios del siglo XX de un Liceo, cuyos propietarios del edificio (uno de los pocos ejemplos de casa palacio de la población), son los propios socios del liceo y que tiene en sus estatutos de fundación, el fomentar la cultura y el conocimiento para todas las capas sociales. Esos cucos como molan....

 Preciosa fuente. Quien la haya proyectado, es un crack.

Interior del Liceo.

Muchísimas gracias Israel y muchísimas gracias Antonio. 
No se puede pedir más de lo que me habéis ofrecido: toda vuestra hospitalidad, toda vuestra entrega y toda vuestra simpatía, han servido para que Almodóvar del Río forme parte de mi para siempre.


4 comentarios:

Kobos 24 de septiembre de 2015, 14:11  

Se hacen cortas tus crónicas...

pin 24 de septiembre de 2015, 15:41  

Ya vamos por el ecuador del GR 48...

Unknown 24 de septiembre de 2015, 20:57  

Esta segunda parte será más dura: cansancio acumulado y, en general, etapas más largas. Espero seguir dando la talla, jejeje

Jacinto Saramago 26 de septiembre de 2015, 12:45  

Olá, Jonatan
saludos desde Barrancos, etapa 0.

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