ENTRADA 24. DE LA CAROLINA A SANTA ELENA.
martes, 6 de octubre de 2015
ETAPA
APADINADA POR PIN Y PON.
Qué
gusto de padrinos para rematar la faena. Siempre con algo interesante
que aportar, con esa pasión con la que os tomáis lo que os gusta.
Junto a Rafa y Manu sois lo más divertido que me ha pasado en la
vida. Y estos días atrás, desde que decidí lanzarme a esta
aventura, he sentido que estáis ahí apoyando como campeones.
Gracias Andrés y Antonio.
Contador
de Kilómetros: 602,2 (uy... por los pelos)
No os
podéis imaginar cómo llovía a las 5:15 en La Carolina, que es
cuando me he despertado. Y a las 6:00. Incluso llovía a las 7:00. Al
principio me he desquiciado un poco, pero consultando el radar he
visto bien claro que la lluvia se acababa y que iba a poder hacer
una última etapa sin mojarme. Lo que no imaginaba es que la lluvia
me fuera a deparar tanta buena suerte. Luego os cuento.
A las 8:00
estaba en la puerta de la casa de Rafa, presidente del club de
senderistas de Santa Elena, y que vive en La Carolina. Ayer se
ofreció para acompañarme todo el camino, encontrándonos pasado la
mitad del trayecto con el alcalde de Santa Elena, Juan, y algunos
componentes más del grupo. Así que última etapa muy bien
acompañado.
La etapa
transcurre por un enclave histórico excepcional: el tramo de huída
de las tropas árabes tras la batalla de las navas de Tolosa, que
inauguró el declive del poder musulmán en Al-Andalus.
Hemos
partido en busca de la carretera de la Aquisgrana, dejando atrás un
campo de paneles solares y una sucesión de lomas eminentemente
ganaderas y con claros testigos del pasado minero de esta zona.
Cruzamos hacia el barranco de los tramposos, que hoy sí que bajaba
con bastante caudal tras las lluvias de ayer y de la madrugada. Y yo
ya notaba que Rafa, iba contándome su vida pero sin dejar de mirar
al suelo. Le he notado cierto parecido a cuando yo me pongo en "modo
setas". Hemos dejado atrás el torreón del Águila, una de las
torres vigías que tenían los musulmanes para facilitar la defensa y
que hoy se confunde en el Skyline con las siluetas que también
levantan las instalaciones mineras abandonadas. Y ha sido aquí,
cerca de Orellana Perdiz cuando.... ¡una punta de flecha!. Rafa
sabía lo que hacía: esta zona estaba descaradamente en la ruta de
huída del punto álgido de la batalla que pasaría a conocerse
posteriormente como la de Navas de Tolosa, y tras lluvias intensas,
es frecuente que aparezcan puntas de flecha, chuzos de punta y
diversos utensilios militares de aquella época. Menudo subidón
cuando me lo ha dado...
Primer tramo del camino.
Rafa observa el torreón del Águila
¡Vaya hallazgo!
A partir
de este punto, el camino se entrelaza con la carretera de la Aliseda,
metiéndose de lleno en el cauce del Río de la Campana justo en el
puente. El río es exquisito, con una potente vegetación de ribera.
Incluso, he cerrado un círculo: me he vuelto a topar con algunos
ejemplares de castaño. Tras llevar muchas etapas sin ver el árbol
más emblemático de la zona donde vivo, volver a encontrarlo justo
en la última etapa, ha hecho que durante un rato pasase ya a ver
todo esta aventura como un conjunto, en lugar de una sucesión de
etapas. En la zona recreativa de la Aliseda estaban Juan, Dakota y
Nicolás e incluso el policía del pueblo que ha dado buena cuenta
gráfica del encuentro. Allí hemos aprovechado para hacernos fotos,
muchas fotos, para celebrar bien la última etapa.
El tramo de carretera ha sido muy agradable. La siguiente, detalle de uno de los últimos peñones graníticos de mi camino.
El río de la Campana. La siguiente, reencuentro castañero. La última mi unión al grupo senderista de Santa Elena.
De aquí
en adelante el camino se dirige de forma directa hacia Santa Elena,
pasando por un maduro pinar de replantación que desde hace algunos
años acoge a ardillas, a las que hemos visto saltar nerviosas del
suelo a los troncos cuando adivinaban nuestra presencia. Grandes
charcos por las últimas lluvias, y subidas y bajadas con más o
menos pendiente, han acabado por llevarnos hasta el pueblo, final de mi
etapa y final del camino unGR48muyparticular.
Subiendo.
Ha llovido agua.
Meta.
Previo al comienzo de la visita al patrimonio, me aguardaba una sorpresa ante
la que no he podido reaccionar: el alcalde me ha hecho entrega de un
precioso diploma conmemorativo de la aventura que acababa de
culminar. Yo de verdad os digo que, a parte de no esperármelo, no he
podido articular algo coherente capaz de agradecer tanta hospitalidad
y entrega.
Y ya con
Nicolás, he pasado a conocer Santa Elena. Y no se puede interpretar
a este pueblo, sin detenerse antes a ver lo más importante que
tiene: su ubicación. Sierra Morena en general, presenta una cara
norte más elevada y por tanto con menos pendiente, con las altiplanicies de La Mancha, y una cara
sur con más pendiente en búsqueda del valle del Guadalquivir. Los
árabes llamaron a este paredón de eje oeste-este, el Muradal, que
vendría a significar, la Muralla. Así es como hay que entender lo
que se encontraban entonces las vías de comunicación que circulaban
del norte al sur: una muralla. Y siempre han existido lugares que,
encajonándose entre resquicios de esta muralla, se convertían en
paso natural de esta entidad geográfica. Ya antes de los cristianos,
y de los moros, y de los romanos y de los íberos, esto era un lugar
de paso para acceder de la altiplanicie del interior de la península
hacia las tierras del sur. Y en Santa Elena, está el paso por
antonomasia: el paso de la Losa, que posteriormente terminó
denominándose Despeñaperros (por los restos de cadáveres de moros que se encontraban en el fondo del valle, por haberse despeñado). Ello determina que a este lugar se le
conozca también como La Puerta de Andalucía.
Despeñaperros desde Santa Elena. Esa inflexión en el centro de la imagen, es el paso de la Losa
Es en
este paso natural dónde se han descubierto, en abrigos y cuevas,
importantísimos restos desde el paleolítico en adelante: armas,
ajuar, exvotos y excepcionales pinturas rupestres en cuevas como la
de los Escolares, la del Tempranillo, o la más importante y que ha
sufrido graves expolios últimamente y que hay que proteger más: la
cueva de los Muñecos. Si visitáis la zona, es imprescindible que os
acerquéis a este enclave, donde además perduran tramos de la
calzada romana.
Y Santa
Elena, pese a ser una de las Nuevas Poblaciones, creadas a final del
siglo XVIII, tiene detrás un pasado mucho mayor. De hecho, Carlos
III la edificó aquí para que no cayera en el olvido el lugar dónde
había sucedido la batalla de las Navas de Tolosa casi 600 años
antes. En el lugar en que muy poco tiempo después de la batalla se
erigió una ermita, que durante muchos años atrajo peregrinos de
muchas partes de la cristiandad, y que pasaban la mano por una
columna como la paso yo en la foto. Posteriormente, con la creación
de la Nueva Población, pasó a construirse la iglesia parroquial.
Después la enorme venta del Castillo y finalmente el palacio, para
ya pasar a realizarse el trazado típico rectilíneo, pero que aquí
se pierde algo más al estar la zona en pleno camino de Córdoba a
Madrid. El nombre de la ermita original, también el de la iglesia
parroquial posterior y como no el del pueblo, viene dado por un
milagro que ocurrió durante la batalla: se le apareció la Santa
Cruz a Alfonso VIII en plena lucha. Era en el año 1212, y como que
en el 312 se le había aparecido también la Santa Cruz al emperador
Constantino, hijo de Santa Elena, en la batalla de Milvo, en Roma, se
deciden unir los sucesos de Roma y España dando la advocación a la
santa en este lugar. Actualmente la Iglesia se mantiene como en el
siglo XVIII, y el palacio se modificó convirtiéndose en la casa
parroquial.
La Iglesia. Bajo las escaleras están documentados entierros de muchos de los participantes en la batalla.
¡Cuántas manos han hecho esto antes!
Edificio del antiguo palacio.
Una de las fuentes, bajo la iglesia. El hecho de que hubiera importantes manantiales aquí, fue determinante para que las tropas árabes eligieran este enclave para esperar a las crsitianas.
El mesón
de los castillos, se convirtió todo en viviendas excepto una
esquina, donde se hallaba el antiguo patio, y que actualmente alberga
la casa de las órdenes: un cuasi-museo que muestra multitud de
elementos relacionados con la batalla de las navas de Tolosa. Es muy
recomendable una visita aquí para conseguir una interpretación
clara de cómo ocurrió y todos los porqués de la batalla más
importante que hubo en la reconquista. Y también se encuentra la
orden de los Caballeros de la Santa Cruz, que vuelve a estar
plenamente vigente desde la conmemoración del octavo centenario, en
el 2012. Es decir, aquí, si cumples los requisitos mínimos que
exige la orden, se te puede ordenar caballero. ¿Cómo os quedáis?
Vista exterior de la casa de las Órdenes. Las siguientes, detalles del interior.
Muchas
gracias Rafa por tu compañía y tus conocimientos; espero que tu
familiar se recupere pronto. Muchas gracias Dakota por tu cercanía.
Muchas gracias Nicolás por tu ayuda inestimable para entender Santa
Elena. Y muchas gracias Juan por haberlo dado todo para que mi
estancia en Santa Elena sea de libro.
Y he
terminado de caminar, pero aún no ha terminado el proyecto. En el
enlace que os pongo a continuación, podéis votar, de forma
totalmente subjetiva, cuál ha sido vuestra etapa favorita. Podéis
releerlas todas si queréis, dandole al botón "Entradas
antiguas" que aparece al final de cada carga del blog, abajo del
todo a la derecha. Recordad, un voto por dispositivo. También voy a
poner un enlace en la parte superior derecha.
Y la
semana que viene pondré en vuestras manos la decisión de a quién
se le entrega el dinero sobrante de esta aventura, que han sido
alrededor de180 Euros, con lo que, entonces sí, se concluirá
unGR48muyparticular.
¡A
votar! ¡A votar!
2 comentarios:
Claro que hemos estado junto a tí!! Enhorabuena
Felicidades Jonathan por haber completado esta gran aventura de la que seguro habrás sacado numerosas experiencias inolvidables.
Saludos desde Santa Elena.
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