ETAPA 3. DE CUMBRES DE SAN BARTOLOMÉ A HINOJALES.
domingo, 13 de septiembre de 2015
ETAPA APADRINADA POR JUANRA.
El
primer peluquero que tocó mi testa al llegar a Sevilla. Nadie más
lo ha vuelto a hacer, sobre todo porque pronto se convirtió en un
excelente amigo. He podido compartir mi ilusión por esto contigo,
como con poca gente, y tu patrocinio ha ido mucho más allá de la
camiseta que nos hemos hecho juntos o de tu mochila y tu impermeable
prestados. Lara, Pablo y Pepón han sido unos campeones también.
Gracias Juanra.
Contador de Kilómetros: 58,8
Tras
pasar una buena noche en el gimnasio de Cumbres de San Bartolomé, he
esperado a Pablo y a mis padrinos de hoy en la emblemática Piedra
Utrera.
El
camino de hoy recorre todas las cumbres para enlazar finalmente con
Hinojales. Se trata de unos parajes eminentemente ganaderos, que
combinan la dehesa para la crianza y el alimento del ganado, con
algunos tramos de cereal que apoyan igualmente esta labor.
Pablo y mis padrinos disfritando las vistas.
La huella ganadera del entorno.
¡Qué bueno caminar acompañado! ...aunque lleguen más tarde de lo previsto (risas)
Cumbres
de Enmedio, es uno de los municipios españoles con menos habitantes
censados. De hecho, al tener menos de 50 habitantes, disfrutan de un
sistema de elección directa; las decisiones de la localidad se toman
con el voto de todos los vecinos mayores de 18 años que acudan ese
día al pleno correspondiente. La que fue originariamente aldea de
Cumbres Mayores, compró el villazgo con gran sacrificio para todos
sus (pocos) vecinos.
Iglesia de Cumbres de Enmedio. La siguiente, Calle Real.
En el
camino desde Cumbres de Enmedio a Cumbres Mayores podemos volver a
apreciar, como se ve en Piedra Utrera, el porqué de esta toponimia.
La vertiente sur de esta parte de la sierra, mira hacia varios valles
encajonados en el mismo trazado serrano, pero la vertiente norte, es
la que mira hacia los llanos extremeños. Es seguramente desde allí
desde donde "las cumbres" deben presentar todo su
esplendor. Y todo eso lo hemos vuelto a apreciar hoy en la ascensión
a Cumbres Mayores desde la zona del barranco de la Magdalena. El
castillo, como no, mira hacia esta parte sur-suroeste desde donde
provenían los ataques; de hecho, para volver a apreciar el castillo
desde la vertiente norte, hay que tomar mucha altitud.
Llegada a Cumbres Mayores, con el imponente castillo.
El tramo
desde Cumbres Mayores a Hinojales, salva la sierra del viento, para
ir descendiendo desde el venero que riega a Hinojales hasta la
localidad. Para ello tiene al comienzo una espectacular bajada al
valle de Riofrío y tras atravesar la vía de la línea Huelva-Zafra
y transitar por el camino del Moral empieza el ascenso, algo duro,
pero recompensado al final por vistas al norte sobre las Cumbres y
Extremadura, y vistas al sur hacia el cordal de la Sierra de Aracena,
que se aprecia perfectamente. En el cruce con el camino del Venero,
hemos estado alucinando con la cantidad de buitres cercanos que hemos
podido ver. Habían más de 50, porque por lo visto tienen unos
contenedores cercanos donde se desecha ganado muerto. A partir de ahí,
y dejando Segura de León siempre a la izquierda , comenzamos el
descenso hasta Hinojales, entre encinas, alcornoques, olivares y el
primer ejemplar de castaño que veo desde que salí de Barrancos.
Pablo y Juanra tienen sed, pues beben cerveza.
Vista atrás: Cumbres Mayores desde la Sierra del Viento.
El primer ejemplar de castaño.
Hinojales,
tierra de los panzones. El nombre le viene de la abundancia de Hinojo
que hay por los alrededores. Curioso que el escudo de Hinojales tenga
la torre de un castillo, cuando no hay castillo en el pueblo. ¿No lo
hay? Hinojales tuvo en su tiempo alguna estructura defensiva que hoy
ha desaparecido por completo, aunque en fotografías aereas aún se
puede dibujar, al suroeste del pueblo en la parte baja, lo que podría
ser alguna torre de defensa. Lo que si se mantiene en perfecto estado
son sus dos núcleos de devoción: La Iglesia de La Consolación y la
Ermita de la Virgen de Tórtola, patrona del pueblo.
La
iglesia, encaramada en lo más alto del nucleo urbano, actuó como
fortaleza y deparó un regalazo hace unos años: tras una capa de
encalado, aparecieron unas pinturas murales, seguramente del siglo
XII o XIII. Preciosas.
La altura de la iglesia.
Puerta de la Iglesia
Interior de la iglesia, con las pinturas murales.
La
Vírgen de Tórtola, a menos de un kilómetro del centro urbano, me
ha parecido también muy bonita por su humildad. Y es esta virgen la
que sustenta la tradición más original y propia de Hinojales: los
danzantes de la Tórtola.
Trigo, en la ermita de la Tórtola.
Lápida de Basilia, sierva paleocristiana enterrada aquí.
Y mi
anfitrión, Miguel Ángel (o Trigo... para los amigos) me ha podido
dar una clase magistral, porque pese a su juventud, lleva 22 años
como danzante. Me ha enseñado su traje, hecho por su madre, como
todavía se hace en la localidad. Además él es el presidente de la
asociación cultrual que vela por el mantenimiento de este patrimonio
folcklórico tan rico y particular.
Traje típico de danzante, recién sacado del armario. El próximo 1 de Mayo, no me lo pierdo.
Aparte,
en el paseo que nos hemos dado por la localidad, hemos visto la plaza
de Toros, que debe cerrar tres accesos a calles cuando se utiliza, y
el pilar de la fuente vieja, o fuente del Concejo, que ofrece su agua
a los panzones desde siempre.
¿Y cómo
es una casa serrana por dentro? Pues la de la familia de Trigo es
preciosa. Mantiene las estructuras tradicionales, y aún funciona al
tempo que marca el campo, la huerta, la aceituna, los animales.
¡Muchas gracias Miguel Ángel!
La huerta de Hinojales es espléndida.
Detalle del techo, pintado a mano, en una casa de Hinojales. Esto es patrimonio.
2 comentarios:
Gracias a tu excelente narrativa, estamos disfrutando de tu aventura como si fuéramos a tu lado. Deseando de que llegue la siguiente etapa. A seguir disfrutando.
Gracias Paco! El próximo finde prometo contar sólo chistes ☺
Publicar un comentario